miércoles, 9 de marzo de 2011

Tanguillo Nuevo

María Callas, la gran diva, la mezcla perfecta entre gran temperamento y vulnerabilidad...
María Callas, esa mujer que perdió su prodigiosa voz por amor, esa mujer que perdió su amor por su prodigiosa voz... Podríamos decir, Maestro, que yo siempre tuve una parte de María Callas, porque te quise, te quiero y te querré hasta la médula, porque conseguiste que confiase cuando no confiaba, porque conseguiste que creyera en mi cuando nadie lograba hacerlo. Porque te di lo mejor de mi y pudiste ver lo peor también.
Felicidades amigo, ahora que todo esto ha terminado, ahora que no estás conmigo nunca más. Ahora que te voy a echar de menos para siempre. Ahora que ni como, ni respiro, ni vivo porque sé que no voy a volverte a ver.Ahora que las lágrimas hacen que me escuezan los ojos y dos aureolas moradas los enmarcan...
Ahora si puedo decir...
Olé por usted.
Olé por su interpretación...
Olé por lograr engañarme...
Olé por volverme a dejar donde me encontró...
Olé maestro Olé...
Y olé por mi, porque sé que aunque pase mucho tiempo algún día lograré salir a hombros y por la puerta grande.

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