martes, 29 de marzo de 2011

Sol y Sombra.


Dios sabe Maestro, lo que le echo de menos. 
Dios sabe lo que yo daría por usted.
Dios sabe que yo creí morir cuando me faltó.
Ahora que ha vuelto, no se si reir, llorar, abrazarle y recibirle con los brazos abiertos, o darle la espalda porque aceptar su traición, dolió más de lo que usted podría imaginarse.
Ahora, que usted está omnipresente, pero lejano...
Ahora que me planteaba si merecía la pena dar tanto por usted...
Ahora que creía que ya no le quería...
Ahora vuelve.
Pero esta vez, esta vez Maestro... no sé si mirar hacia otra parte como hicimos siempre para que todo fuera bien, o terminar con esto...

Y es que amigo, hermano y compañero... el amor flamenco es el peor.

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