miércoles, 2 de marzo de 2011

La primera de muchas... va por usté maestro.


De mi madre aprendí tolerancia y respeto, de mis abuelos educación, modales y protocolo, de mis tios idiomas el gusto por la lectura y esa ortografía que a ti tanto te hace falta.
De él aprendí a tener paciencia, a valorar los detalles y a llorar sin que nadie me viera...
Pero de ti... de ti no sé que he aprendido... porque soy la mentira más grande que has contado y todas las que he fingido que me creía, soy todo aquello que me he callado por verte feliz, soy tú quedándote dormido mientras te acariciaba el pelo o esas tonterías que dices entre sueños... soy las llamadas para verme a las doce de la noche y esa chica morena, soy las lágrimas porque te echaba de menos. Soy todo lo que no te he dicho nunca y que espero que no pienses que no siento. Soy todo lo que me importas y soy la escasa atención que me prestas. Soy todo lo que me has cambiado y todo lo feliz que me haces. Soy un hospital o cualquier casa de cualquiera de tus amigos.
Soy el campo, la ciudad, un coche, pero no uno cualquiera.
Soy discutir. Soy un mordisco y tres moratones en el cuello.
Soy ropa doblada sobre tu cama, soy aprender a ignorar tu falta de cultura y fingir que desconozco las cosas de las que me hablas.
Soy el saber que no vas a leer esto y sobre todo soy yo la que te espera siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario